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Cuantas veces en casa no has estado al borde del ataque de nervios por el desorden que tienes, la verdad es que en una casa cuando hay desorden parece que nos da una sensación a no limpio que no gusta, aunque no haya polvo, aunque haga poco que hemos fregado, el hecho de que haya trastos empaña todo el trabajo que hayamos podido hacer anteriormente. La verdad es que cuando hay niños sobre todo es cuando más difícil resulta que ese orden se mantenga, no solo en lo relacionado a juguetes, sino a la tropa los zapatos, pensemos que si no los acostumbramos de pequeños a recogerlo todo nos va a tocar andar detrás de ellos para que lo recojan sin rechistar o hacerlos nosotros mismos. En casa me suele pasar sobre todo desde que descubrieron las manualidades, les gusta mucho y la verdad es que no me molesto en comprar ningún material ya que con algunos que puede reciclar es sencillo hacer que hagan lo que su imaginación les brinde.

Qué ocurre que en lo relacionado a folios no damos abasto la verdad es que es un gasto abundante el que tenemos entre los niños y la impresora y cada vez que los desechamos lo hacemos en una papelera. Lo que pasa es que muchas veces los niños no meten el papel directamente en la papelera, sino que lo lanzan y cae en el suelo, absortos en su trabajo no lo recogen y al final el lugar de trabajo acaba siendo una leonera. Hablando con unas amigas me recomendaron la destructora de papel rexel al principio me lo tomé a risa, pensaba que como íbamos a tener una máquina de oficina en casa, la verdad es que no había visto muchas y pensaba que eran mucho más aparatosas, así que me metí en una página web en donde las venden y cuál fue mi sorpresa al ver que las hay de todos los tamaños y que algunas son ideales para tener en casa.

En un tamaño ideal ocupan muy poco espacio y hacen que todo el papel que no quieres acabe destruido en cuestión de segundos. Os parecerá una tontería, pero gracias a una destructora de papel mantener el orden en casa no es un sueño es una verdadera realidad, así que si te lo estabas pensando ya te digo yo que non te arrepentirás.